Copio a Paco bajo protesta.

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De nuevo tendemos un hilo al vagón-bar para llegar hasta un pensador de cabecera para los contenidos del huso. Spaemann sobre el progreso en singular: «una superstición aún dominante que está llegando a su defintivo final».

Muy de acuerdo, sobre todo pensando en el mester de progresía, progresólatra y difuso, que define al progreso en términos dudosamente progresistas (el clásico valga la redundancia puesto aquí, tendría tanto valor por exceso que Madoff comenzaría a salivar).

Pero firmo la hebra bajo protesta, como cuando jugábamos beísbol de pequeños y el entrenador sabía que no había nada que alegar pero el marcador no decía lo que él quería. Seguimos a Spaemann cuando se aparta de ese deformado concepto de progreso, tan étereo como irresponsable  porque es una meta volante así en general… de todos y por lo tanto de nadie, o sino de yo mismo y mi mecanismo… sin que los demás me estorben. Toda una superstición bien envuelta y reenvuelta con aire caliente en globos marca flatus vocis.

Nos quedamos con él cuando llama la atención sobre los progresos parciales y específicos, que son en realidad personales (no individuales); y que luego, articulados con los de nuestros convivientes (familia, comunidades, ciudades, países, regiones…) se validan como tales y forman progresos más grandes (también parciales y específicos).

Llegados a ese punto, viene la falsa protesta, reivindicando las ideas de otro pensador, dueño de una orilla de la mesita de noche, que articuló y transmitió un afán por el progreso en singular. Aunque se ocupó de subrayar que ese es posible sólo con la suma de compromisos de la libertad personal. Esos que generan los progresos parciales que nos explica Spaemann.

También lo mismo en distinto empaque, pero esta vez con sustancia. Y el bono para la bitácora es que no hay que desalojar a nadie de la cabecera por posibles contradicciones.

hebrajena_separador Píntam-e un…

Publicado por: Francisco Molina M. 22dic08.

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